El «biker» Jorge Aguín se accidentó en una zona más rápida de lo habitual en las pistas del lago Castiñeiras tras tocar con el pedal una roca. Un pátrol de Protección Civil tuvo que rescatarlo
Jorge Aguín, el doce veces campeón gallego de descenso en mountain bike que el domingo sufría un grave accidente durante un entrenamiento en una pista del lago Castiñeiras de Marín, salía ayer de la unidad de cuidados intensivos del Hospital Juan Canalejo de A Coruña para ser trasladado a una sala intermedia del área de atención medular, donde se sigue su evolución con mayor detenimiento de lo que se hace con los pacientes ingresados en las habitaciones de planta.
Con la familia esperanzada ante la aparente ausencia de una lesión grave -el deportista conserva la sensibilidad en sus extremidades-, y con todas las cautelas que el caso requiere a falta de una intervención quirúrgica pendiente de fijar, el padre del accidentado, Antonio Aguín, ofrecía ayer más detalles del suceso que tuvo a su hijo como protagonista. Y por lo escuchado, el desenlace todavía pudo haber resultado mucho peor .
Antonio Aguín relata que su hijo le explicó que el domingo por la mañana se estaba entrenando en el Lago Castiñeiras con otro corredor de Marín. El doce veces campeón gallego de descenso iba algo distanciado por delante cuando, aproximadamente a mitad de la pista, de tierra y piedra como todas las de la especialidad, «pegou cun pedal cunha pedra, perdeu o control da bicicleta, e de aí chocou co lombo contra unha árbore». Aguín avanzaba entonces «a 50 ou 60 quilómetros por hora, díxome Jorge. Contoume que o circuito estaba moi rápido, porque o sábado o alisaran».
Afortunadamente no se golpeó la cabeza, pero «sentíu como se tronchara, e nun primeiro momento perdeu sensibilidade nos dedos». Fue por ello que en cuanto su compañero de entrenamiento llegó a su par y apreció su gesto instintivo de acudir a levantarlo, «díxolle que non o tocara, porque notaba que estaba mal, e que fóra chamar unha ambulancia».
El acompañante de Jorge Aguín finalizó el descenso hasta alcanzar el coche que usaban ambos para acceder a la parte superior de la pista del Lago Castiñeiras, con la novia del grovense de conductora esperando en él. Una llamada al 061 trajo hasta el lugar una ambulancia. El problema es que las pistas de descenso discurren por el medio del monte, entre árboles. Así, hubo que requerir la asistencia de Protección Civil, que con un pátrol llevó al accidentado hasta el vehículo sanitario, y en él, al hospital pontevedrés de Montecelo, a donde llegó una hora después del suceso. Allí, una vez observada la gravedad de la lesión a través de un escáner, fue derivado al centro gallego de referencia en lesiones medulares, el Juan Canalejo de A Coruña.
Andrés Cacheda, presidente del club de Aguín, el Bici O Con de Vigo, apuntaba ayer que la modalidad de descenso «es la más espectacular, pero también la más peligrosa del ciclismo de montaña». Hasta el punto de que «creo que no hay nadie que compita en ella sin algún hueso roto». Claro que accidentes como el de Jorge, señala, son infrecuentes.
FONTE: lavozdegalicia.es
viernes, 25 de noviembre de 2011
Una maldita piedra en el camino
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